jueves, 28 de julio de 2011

EL PIEROLAPITHECUS

El gran ave de la jungla
me observa sin saber qué soy.
El gran pájaro imbécil
se come sus parásitos.
Se yergue sobre sus patas largas y torpes
bamboleándose de aquí para allá
sin tener idea de que existe.
Tan sólo mi agudo ojo estético
y mi magnífica Canon
lo transforman en una obra de arte.
Cuando termino de filmar
editar y añadirle música de Beethoven
me siento en un rincón de mi estudio
esperando a que me paguen
rascándome la cabeza
y comiéndome una banana.
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Fotografía y diseño de Ian Welden.
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lunes, 25 de julio de 2011

LA SOLEDAD DE LAS ESTATUAS




Cuando en los crepúsculos insomnes
me siento asustado y solo
como un niño huérfano
y necesito a gritos a un padre
que me sujete entre sus brazos
para decirme que todos está bien
corro por las callecitas escarchadas
de ésta misteriosa Copenhague
en busca de las manos inmortales
de Hans Cristian Andersen.
Y entre ellas me deposito
y sus caricias heladas me consuelan
y su aliento de bronce me hace dormir
y los felices turistas japoneses
con us anteojos, sus sonrisas y sus Nicon
nos toman fotos para la posteridad.
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Fotografía de Ian Welden. Copenhague 2007.

sábado, 23 de julio de 2011

LA NOCHE BUENA

El árbol con su estrella plateada
yace en el piso.
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Sobre la alfombra de tu familia
una silenciosa posa de vino.
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Regalos a medio abrir
desparramados por doquier.
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El pavo semi comido
se enfría sobre la mesa.
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Tus padres ya se fueron apresurados
a la misa del gallo.
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Tú y yo aprovechamos esta maravillosa oportunidad
en tu cama.
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Fotografía y diseño gráfico de Ian Welden. Copenhague 2006.
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martes, 19 de julio de 2011

LA DESPEDIDA

No hay humo
contaminación
ni un solo átomo de polvo
rondando en tu alma.
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Estás ahí
erguida
sonriendo
con la misteriosa fuerza
del Salto del Laja.
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Llorando
como las eternas profundidades
de las minas de carbón de Lota.
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Mi pequeña gacela
luciérnaga.
.
Amor alado
brisa.
.
Caricia de fuego
adiós
.
Una tenue ilusión
en la nieve primaveral.
.
Una búsqueda de amor
muriendo en el camino.

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Fotografía de Ian Welden.

domingo, 10 de julio de 2011

POEMARIO COSAS DE HOMBRE



OTELO EN EXILIO

Entiéndeme, camarada,
yo me la imagino allá abajo
donde yo no puedo ir
recién bañada y perfumadita
con su vestido escandaloso
su lunar y sus ojos
y todo eso
paseándose coqueta
cual reina del baile
espiándose de reojo
en las vitrinas
vociferando sus deseos
de reir y volar
mientras los hombres urgentes
los machacones intransigentes
los lachos caprichosos
los ángeles y los mismos diablos
caen de rodillas a sus pies
y sus piernas desnudas
cargadas de frutas afrodisíacas
prohibidas por la ley
y las buenas cotumbres aquellas
dejan de existir
para ella
por ella
allá
abajo
donde
yo
nunca
más
puedo
ir.


EL PLATO DE LENTEJAS

Finalmente me decido
a comer
sentado aquí arriba
en la montaña de hielo
receloso
del Mar del Norte.

Y diviso su rostro
flotando
entre las verduras taciturnas
las legumbres somnolientas
las ingenuas manchitas de arroz
su rostro
cuánta alegría.

No se lo cuentes a nadie
vecino mío
pero, ¿no crees
que debería advertirle
que este humilde alimento
sin sabores ni sorpresas
que hoy mastico
con mis solitarias encías
un día lo cambié por ella
y por el Mar del Sur
en un trueque traidor
para siempre?


ALBUM ZOOLÓGICO

Ah! Ésto de los amores
que se construyen con viento
y arenales
y se destruyen
y vuelven a construir
minuciosos
como hormigueros hirvientes.

Paseo por aquí
sabiendo cosas
secretos
quejidos de placer
aullidos de dolor
derrumbes
desamores
traiciones y fidelidades
que viven y mueren
y resucitan
para navegar o volar
por cunas y sillas mecedoras
bautismos y funerales
lechos tibios y dispuestos
o fríos y abandonados.


¡Ah los amores!
Que salen de sus madrigueras
cual ratas marsupiales
o rinocerontes multicolores
exigiendo enloquecidos
sus calientes selvas
ya perdidas para siempre.


CICLOS

Muérdeme con potencia
sedúceme
me grita
rencorosa y cruel
sonriendo
parada ahí
en el umbral de su ciclo
olvidando
una vez más
que su saña
está entre sus muslos
y no en el pobre triángulo
que cuelga hoy
entre mis piernas
tan cansado de ella.


ZARPAZOS

Astuta e imprudente
como una pantera morbosa
me envía zarpazos virtuales
a través del universo.

Ni siquiera una postal
a la antigua
o alguna foto amarillenta
que yo pueda tocar
y lamer.

Insultos que me desmoronan
porque soy un hombre humilde
nada más.

Te quiero confensar una cosa,
compadre.

Yo también conjugo
el verbo menstruar
y tengo tardes solitarias
y rincones oscuros
como cualquier animal frágil.

Lloro
en las plazas y supermercados
ocultando mis lágrimas
con algún periódico alharaquiento.

Y vuelvo al hogar sonriendo
a preparar la cena sagrada
como si fuera la última de tantas
y acuesto a los niños
una vez más.


ACTIVIDADES SECRETAS

No se lo cuentes a nadie
pero suave como una loma
se balancea sobre mí
riéndo cual diosa de la alegría
jugando a las escondidas
simulando ser la luna
camuflada en mis manos hambrientas.

Y así nos transcurre la vida
eufórica
llena de novedades exquisitas
mientras afuera cae la nieve vírgen
o sale el sol tan potente
y nacen crecen y mueren
y resucitan y vuelven a morir
ad infinitum los seres y las cosas
sin jamás interrumpir
esta religiosa actividad sorprendente
que reinventamos
dia tras dia
con total impunidad.


YO PECADOR

Yo pecador me confieso
fui yo
el que lanzó el piano
desde el quinto piso
matándo al apacible vecino
del primero
mientras reparaba tranquilamente
su noble bicicleta oxidada.

Era un hombre demasiado bueno
siempre sonriendo y cantando
ayudando al prójimo
asistiendo a la iglesia
puntualmente los domingos
participando en reuniones
haciendo colectas para el África.

Lo hice  adrede
porque el cartero no me trajo
la carta de mi amada
y el sol no salió ese día
y el banco rechazó con soberbia
mi petición de préstamo
y la carrera armamentista
la crísis económica
el calentamiento global
las pestes
y el apocalipsis
amén.


LA LOBA FEROZ

Sabes, compañero,
que cuando abro mi ventana
temprano en las mañanas
al planeta fresco y jueguetón
ella ya está esperándome
cubierta de rocío
desnuda y frágil
sin paraguas
cual loba en celo
entera para mi.


EL ALMA VITAL

Con mi alma aún vital
tan llena de amores
hijas
mariposas y princesas
camino
por viejos paisajes
acuarelas
de mi juventud
pero me detengo aquí
donde hoy está ella
para darme cuenta
de que no tiene sentido
mirar hacia atrás.


EL PASEO/EL DESFILE FINAL

Escucha
el triste tintinear
de la chaucha solitaria
en el tarro del mendigo..
Mira
que van desfilando
las adoloridas putas
por los portales de vidrio.
Deténte
y deja pasar
a los narcolépsicos
con sus pobres ojos hueros.
Corre
que vienen las hordas
portando estandartes
clamando justicia.





sábado, 9 de julio de 2011

LA FOTO EN EL BOSQUE





No sé cómo ni por qué ocurre

esta noche violenta

en que nos encontramos

dos desconocidos

trotando por el bosque

desnudos cual mariposas.

Y te abrazo

con fuerza animal

para luego derribarte

sobre el follaje atónito

mientras que tus rugidos

vibran gloriosos

en mi miembro voraz.

Muchas gracias

me dices amablemente

estuvo muy bueno

sacudes tu pelaje

me tomas una foto

y te vas galopando

para siempre

entre las ruborizadas araucarias.

.
Collage de Ian Welden. Copenhague, Valby 2002.




viernes, 8 de julio de 2011

IWA Y LA SOLUCIÓN





En una aldea australiana, rodeada de polvo y viento, Iwa jugaba basquetball consigo misma. No habían más jóvenes. Todos estaban en la cárcel en New South Wales.
 
La aldea, Melbourne, tenía internet y TV, radio también. Pero Iwa, hastiada de esos mundos virtuales que jamás podría conocer en realidad, prefería jugar basquetball  en el calor. Los viejos "aborígenes" hacían comida o jugaban cartas en sus cocinas y salitas modernas. El estado australiano se preocupaba de ellos. Sin embargo había tan solo un miserable minimercadito en la aldea, y un bar para beber alcohol hasta la inconsciencia por las noches.
 
Iwa no bebía, y compraba de vez en cuando un helado.
 
El colegio más cercano quedaba a mil kilómetros de distancia.
 
Iwa tenía dieciséis años de edad, era hermosa, con su naríz chata, ojos y cabellos negros y tez morenísima. Era el año 2009. Su rutina diaria era simple: levantarse por las mañanas, jugar basquet y soñar con amistades por las noches, escapando así de su soledad.
 
Los viejos, sus padres y sus abuelos, soñaban con volver al pasado, a los tiempos anteriores a la invasión. Vivir en la naturaleza, comer ante fogatas nocturnas, danzar y cantar bajo la luna.  Iwa no comprendía esos deseos centenarios. Ella era del siglo XXI, moderna y joven. Le gustaban la música de Shakira. y los jovencitos de MTV.
¿Dónde quedará el generoso y cruel estado australiano? ...se preguntaba. ¿Y por qué  mis amigos están en la cárcel?

Era ingenua y virgen.

Mary, su mejor amiga, había destrozado a pedradas el bar, el año pasado. Fue condenada a cinco años de prisión. Y a Doris, a siete años por patear en el suelo al dueño del minimercado. John, el joven quien al mirarla  le producía placer en el estómago, sufre una condena de diez años por haberle causado un derrame cerebral al viejo George. George vive con Martha, está paralizado de la cintura para abajo. Una enfermera del Estado viene a verlos cada dos semanas.

Una noche cuando la aldea de Melbourne dormía su borrachera, Iwa se escapó. Corrió por el desierto creyendo alcanzar a otros seres humanos, ciudades, el mar. Tan sólo encontró más desierto, más soledad, y una luna llena que se burló de ella.
Volvió a su cama angustiada y derrotada.

Al día siguiente, un domingo, cuando los viejos se preparaban para celebrar el Día Nacional con cerveza y burgers, Iwa destrozó las mesas, la comida, los barriles de cerveza, las banderas y los carteles. Además,  azotó con su cinturón a cuanto viejo encontró a su paso. Quemó afiches y fotografías que representaban a los auténticos aborígenes... Y defecó en la bandera australiana.

Ahora Iwa está en la cárcel.

Aquí están todos sus amigos. Y John la besa.
Lujo a la internet, swimming pool, canchas de football y basquet. Tiendas con ropa Gucci y Saint Lorenz. Un paseo de peatones y un mini metro, con guitarristas tocando la música de Shakira. Y dinero todos los meses.
¡Ah, la cárcel! Iwa agradece de toda su alma al estado australiano.


Arte gráfico Ían Welden




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viernes, 1 de julio de 2011

LA NOCHE QUEBRADA






Y se quiebra la noche

sobre mi noble espalda

rasgos de tu rostro

aparecen en los pedazos.

Por donde camino

mis pasos se confunden

un violín agresivo

en una ventana abandonada.

Tu llamada la escucho

tus gritos al óleo

oraciones infértiles

bolsillos de luto.

Se venden abrazos

en la esquina de los dolores

aros de luz

sonrisas y labios.

La alegría ya no es fértil

el planeta es rotundo

mi soledad es un nudo

y la tuya una cadena.




.Fotografía de Ian Welden. Copenhague 1975.

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