Oculto en el viejo confesionario
le gritó desesperado al sacedorte de piedra:
confieso que Lucifer me llevó
entre sus siniestras alas negras
a observar el gran descalabro
de nuestra ingeniosa civilización.
Mi madre lloraba solitaria
sobre la triste cazuela ya fría
y mi padre maldecía con blasfemias
las oficinas del Reino de Europa.
Huestes de vampiros rojos
oscurecieron el sol y las estrellas
y diminutos niños multicolores
huyeron despavoridos
del santo paraíso clausurado para siempre.
También confesé aterrorizado
que caminé por el valle de las sombras
y tuve un gran temor
y que adoré a Lucifer de rodillas
aceptando finalmente su cambalache
de mi alma por vidas
reinos y todas las riquezas del mundo.
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Collage de Ian Welden, Copenhague 1995.
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Hola ían que fuerte poema querido amigo que pena que te tocara vivir tantas varvaridades
ResponderBorrartu alma esta muy marcada por la maldad,como
tu poema lo espresa,querido amigo lamento mucho lo que te toco vivir, gracias a dios yo no tenga a nadie sercano que alla pasado por lo que tu pasaste,no conosco mucho de esas cosas y tampoco me interesa envenenarme el alma
con ello,amigo en mi blog de premios tengo un premio para ti ve por el si te interesa.
Un abrazo muy grande que estes bien.
Querida Gladys,
ResponderBorrarpor favor nunca te envenenes tu alma ni con este poema ni con ningún otro.
Las cosas que me ha tocado vivir ya quedaron en el pasado y ahí están ahora, para siempre.
Mil gracias por tu premio!
Un abrazo desde Dinamarca,
Ian.
Pero después de desdiablado y gracias al niño que conservas-claro, imaginativo y creador- eres un ángel otra vez.
ResponderBorrarUn abrazo.
Solo quien vive o vivió en el infierno sabe con certeza que ese está aqui y no en otra parte de esta vida...
ResponderBorrarCada quien es dueño de su vida y ya vemos libre de caminar por estos caminos de Dios y también de lo otro...
Que tengas semana linda por tu casa...
Estamos en el mes de la Patria!!!
Hola Laura, gracias por lo del niño desdiablado.
ResponderBorrarEn realidad así me siento, puro y fresco como una chirimoya chilena recién despertando al avasallador aroma de una primavera infinita.
Abrazos desde esta Dinamarca hoy tranquila y soñadora.
Ian.
Querida amiga Meulen, tienes mucha razón; el infierno está aquí en nuestro mundo y los lúciferes modernos se encuentra acechándonos a la vuelta de las esquinas.
ResponderBorrarY que hermoso es septiembre para salir de debajo de las piedras y desperezarnos cual lagartijas!
Abrazos desde Dinamarca,
Ian.