
Lo que escribo esta madrugada
es tan sólo un ejercicio libertario
un paso más cercano al firmamento
y una declaración de confianza en la vida.
Que mi ausencia no te extrañe
querida águila del tiempo
porque ya vuelo jubiloso
más allá del ritmo de tus alas.
Llevo en mi morral blanco y tranquilo
mi luz, mis sueños y mis secretos
y en estos bolsillos amplios y libres
las ingenuas sonrisas de mi infancia.
He dejado en las cansadas ciudades
los cofres y baúles de la muerte
dolorosos amores ya perdidos
y amargas jornadas solitarias.
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Dibujo de Helene Welden. Dinamarca 1996.