Dibujo/collage de Ian Welden. 2000.
"Iancito, no mires para atrás, no vale la pena."
En memoria tuya, María Soto Luna, donde quiera que estés.
De las húmedas entrañas del sur de Chile brotó la Nana
suave y silenciosa y sumisa entregó su vida a los
patrones.
Levitaba por la gran casona barriendo, siempre
barriendo
y una triste noche de invierno simplemente murió... sin
querer.
En su lápida en el Cementerio General se lee:
"No mires para atrás, no vale la pena".
Ella
era de hueso
por razones de idiosincracia
política.
Y a puro y simple ñeque y
corazón
acarreó al niño ajeno en brazos
hasta que se hizo hombre.
Y luego murió desolada
en alguna tumba perdida por ahí.
.
.
Bonita entrada aunque muy triste, homenaje a esas mujeres que vivieron sus vidas, solo cuidando a otros.Abrazos.
ResponderBorrarTremendo.
ResponderBorrarAsí es.
AL menos las nanas dejaron muchos cariñosos recuerdos en esos abrazos a los hijos ajenos que muchas veces fueron casi propios.
Besos
La realidad de aquellas mujeres que dan sus vidas por cuidar a niños ajenos es más triste aún cuando esos pequeños son arrancados de sus brazos después de toda una vida de entrega.
ResponderBorrarHe escrito ésta entrada como un homenaje a todas las nanas del mundo, entre ellas, mi Nana, María Soto Luna.
Benditas sean!
Ian.
Iam,no dudes,que tu NANA te está viendo y sintiendo y está profundamente orgullosa de tu gratitud y de tu amor hacia ella y hacia la vida,amigo.
ResponderBorrarMi felicitación por este bello poema,que te honra y ennoblece.
Mi abrazo grande y mi ánimo siempre Iam.
M.Jesús