"Helene". Fotografía y diseño de Ian Welden. |
"Sidsel". Fotografía y diseño de Ian Welden |
Llevo un dolor incomprensible
en mis viejos bolsillos carcomidos.
No son los amores ya olvidados
ni mi solitaria fragata encallada.
Dime, madre, ¿qué será?
Es como una ausencia dolorosa
que clama por su libertad perdida
allá en los jardínes de mi adolescencia
cuando yo era diestro con las herramientas
y proveía techo, calor y risas.
Madre mía, ¡me duele tanto!
Es como la pérdida de mi alma
en el momento más inoportuno
o una resaca violenta y a destiempo
llevándose para siempre
a mis dos corazones más queridos.
Fotografías y diseño de Ian Welden. ©
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Me gusta tu blogs, pasaré a menudo.
ResponderBorrarUn gran saludo.
Ian, el dolor que habita en las tierras de la nostalgia permanece para disolverse en arte. Y este poema es un profundo ejemplo.
ResponderBorrarUn abrazo
Tristes versos, amigo mío. Pero la vida es sabia y nos ofrece cada día primaveras nuevas, es cuestión de recoger las flores antes de que se sequen.
ResponderBorrarUn abrazo fuerte
FINA
Iam,el dolor es el gran maestro del espíritu,tú sientes ese dolor y te creces ante él...tu poema se eleva,se hace grande y te lleva con él a los confines del universo,donde es bendecido...y vuelve otra vez para seguir dándote fuerza e inspiración,amigo.
ResponderBorrarMi felicitación por la emoción y la ternura,que palpita en los versos.
Mi abrazo inmenso y mi ánimo siempre,poeta y amigo.
M.Jesús
Ay Dios, mi querido Ian, me llega al alma porque la dejas en estas letras.
ResponderBorrarAbrazos muchos
Es un poema triste que me ha llegado al alma. Pero muy hermoso, limpio, escrito con la tinta de tu corazón. Me ha gustado muchísimo, Ian.
ResponderBorrarUn abrazo.