Arte visual de Mario Carvajal Araya. Santiago de Chile
Cada paso que doy
cada palabra que entrego
cada movimiento, cada pensamiento
es una conspiración para seducirte.
Sólo quiero que lo sepas
esta noche honesta
de vino rojo como tu vulva.
Brindemos entonces
por el milagro de tu cuerpo
y que el amor no sea el dique
que detenga mi crudo deseo.
Déjame poseerte libre
como una honesta fiera lujuriosa
sentir tu mágico cuerpo incandescente
consumir por los siglos de los siglos
mi loco placer terrenal.
Cada paso que doy
cada palabra que entrego
cada movimiento, cada pensamiento
es una conspiración para seducirte.
Sólo quiero que lo sepas
esta noche honesta
de vino rojo como tu vulva.
Brindemos entonces
por el milagro de tu cuerpo
y que el amor no sea el dique
que detenga mi crudo deseo.
Déjame poseerte libre
como una honesta fiera lujuriosa
sentir tu mágico cuerpo incandescente
consumir por los siglos de los siglos
mi loco placer terrenal.
Vaya, Ian, ante semejante propuesta me resulta dificil aceptar. Tu poema es también muy honesto y creo que delata la hipocresía de aquellos seductores que mienten y hacen malabarismos con sus palabras para que la "presa" se les entreguen en una bandeja de oro.
ResponderBorrarmuy bueno!
Besos.
Josefina.
Desde luego hay que ser de piedra para no sucumbir ;)
ResponderBorrarBesos
desatado y febril
ResponderBorrarel deseo se manifiesta sin tapujos
excelente discurso para tu ávido personaje !
felicitaciones Ían
abrazooo y feliz comienzo de semana
Muy interesante y sincero,amigo...
ResponderBorrarMi felicitación y mi abrazo siempre.
M.Jesús
Deseo sin vueltas, todo dicho....
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