Nieva
y nieva
y nieva.
.
El rotundo y alarmante silencio
de la naturaleza escandinava
toma posesión de mi alma
y de mi otrora ágil corazón.
.
Imagino a mi mujer preferida
abriéndole sigilosa la puerta
al generoso verano chileno
y al arrogante sol sureño
trepando por sus cabellos indómitos
para finalmente seducirla.
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Nieva
y nieva
y vuelve a nevar.
.
Dos palomas blancas
se entregan a un rito erótico
bajo un solitario sauce desnudo.
.
Aproximo mis oídos
a la superficie del planeta
y logro escuchar con claridad
las voces y susurros
de la mágica América Latina.
.
Mi mujer más querida
tiende su ropa recién lavada
sobre la curvatura multicolor
de un loco arcoiris austral.
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Nieva
y nieva
e insiste en nevar.
.
Mis torpes intentos de rebelión
ante la obtusa tiranía
de los hemisferios del establishment
claudican con un suspiro final.
.
Para no perder la cordura
me aferro a los coqueteos
que me ofrece incondicionalmente
la afrodisíaca nevazón nórdica.
.
Nieva
y nieva
y nieva sin misericordia
hasta siempre jamás.
.
Fotografía "El Bosque de Nieve".
Ian Welden. Enero 2011. Ciudad de Hvidovre, Dinamarca.
Hermoso, muy hermoso, la nieve dibuja un paisaje blanco, mientras tu alma, arde entre rojos y amarillos.
ResponderBorrarAbrazos, Ian.
Cuánto debes echar de menos tu tierra, tan diferente en colores, en sabores, en olores, en texturas, en tradiciones, en abrazos, en palabras...
ResponderBorrarMóntate en un trineo y ríete de la nieve y con la nieve...
Quizá tu risa aquí y allí sí consiga ser igual.
Un abrazo enorme, nostálgico.
Nieve cayendo sobre el infierno de la soledad...
ResponderBorrarGracias por tu visita!
Un beso!
La nieve en Dinamarca es como un ser con dos caras.
ResponderBorrarUna, la cara de "tarjeta postal" inmensamente pura en su blanqueza donde niños y ardillas (y a veces hasta zorros) bailan y cantan. Y los enamorados hacen el amor revolcándose en ella como si la nieva los llenara de bendiciones. Es una Nieve que amo.
Y la otra cara, el rostro de Hamlet, oscuro, frío y embrujado por la siniestra presencia de la muerte. Es una nieve que te atrapa y no te suelta. Es una nieve que toma posesión de territorios y vidas durante seis larguismos e interminables meses.
Esta es la nieve traidora, depresiva y angustiante.
Como una vieja película en blanco y negro Ingmar bergman.
Igual hay que seguir viviendo, escribiendo, amando.
Besos y abrazos y gracias por estar aquí con sus bellos comentarios.
Ian.
Ian:
ResponderBorrarAcabo de descubrir que la nieve puede provocar situaciones como las que provoca la lluvia.
Este poema es una implosión de amor y bellas imágenes, todas cercanas y posibles.
La nieve es silenciosa, la lluvia no. Será por eso que el protagonista puede tener tantas visiones...
Beso!
Hola, Ian, hermoso poema con esas nieves omnipresentes en las latitudes nórdicas que habitas y ese echar de menos la tierra natal, el país austral que llevas en los genes...
ResponderBorrarMe ha gustado mucho tu poema, Ian y es perfecto para leerlo arrebujada bajo una manta e imaginar las poderosas imégenes que evoca.
Un beso grande y muy feliz fin de semana.
El contraste entre esa nieve y el sol en la imagen se recogen en el poema con clarividencia.
ResponderBorrarBrillante
Abrazos
Hola Ian, hermoso poema donde la nieve centra el paisaje y la calidad de tus versos.
ResponderBorrarBajo mi punto de vista; Excelente.
Besos
~Charo Bustos~☺
Naturaleza desbordada, inmaculada, blanca, donde junto a su nívea belleza te lleva a añorar tus raíces latinas, soñando a tu mujer preferida que entre ardientes rayos de sol la vas seduciendo….
ResponderBorrarMuy hermoso, donde el contraste se mezcla en completa soledad al sentirte lejos de tu tierra.
Un fuerte abrazo
FELICITACIONES IAN
ResponderBorrarun poema redondo, lleno de matices que le hacen entrañable
Besitos de luz
acá puro sol y calor!
Claro que se deprime uno cuando un fenómeno
ResponderBorrarclimático se hace tan severo y no parece terminar nunca de pasar a otra estación, aunque sea para entibiar las manos ...recuerdo en el sur (aún más) cuando llovía meses y meses y era imparable...de ahí que tengo una colección de parkas y abrigos y ni te cuento de cuantos paraguas habré de haber dejado de usar por causa del viento...
claro, que esos días de eterno invierno
uno tiene tiempo para llenar esos espacios que van quedando
y lo mejor es escribir o darle curso al don que uno potencia
y por supuesto no dejar nunca de amar...
saludos!