SOLEDADES
He
vivido en este edificio más de treynta años
y
aún hay personas incógnitas para mi.
Treynta años, Dios mío!
El
Milico
Dicen las malas
lenguas
y las buenas
también
que la soledad por
estos parajes
es una
virtud,
una bendición de
Valhalla.
El Milico es un
viejo octogenario
altísimo y flaco
como una jirafa
que vive solo como
un alma
en el aún más
solitario séptimo piso
de mi aquebrajado y
centenario edificio
sin ascensor.
Y este sonriente
individuo
aún colorín y
fresquito
como una
zanahoria
sube y baja los
peldaños
a gigantescos pasos
de parada militar.
Nos saludamos
cortésmente por las mañanas
y se va marchando
ágil
cual dueño de algún
mundo
hasta desaparecer
en el horizonte escandinavo.
Siempre va consigo
mismo
jamás lo he visto
acompañado
no conozco su
nombre
no tengo idea a
dónde va
ni de donde
viene
y menos su razón de
vivir.
Dónde estará su
familia giraffidae?
Cuándo morirá este
insólito mamífero artiodáctilo?
El Ciclista
Solitario
Arrastrando su
oxidada bicicleta
y con su pesado
bolsón
colgando de un
hombro
El Ciclista
Solitario va y viene
por las calles del
barrio
con sus mechas
rubias
cubriéndole la
cara
y el peso del
universo
sobre sus
espaldas.
Nos encontramos
muchas veces
en los recovecos y
placitas del barrio
y le hago una seña
con la mano.
El agacha la
cabeza
me mira
desconcertado
y sigue su
camino.
Hay veces en que
pienso
que no
existe.
En el segundo
piso
del edificio del
frente
vive
La
Chancha.
Me observa
silenciosa
desde su
balcón.
Con su tez
rosada
color de cerdo a
punto de morir
sus ojos de vidrio
azul
y su hocico rojo y
severo
elige con asombrosa
precisión
los momentos en que
salgo de la ducha
o estoy con mi
amada en el sofá
y nos
levantamos
desnudos y riendo
felices
en la
gélidas mañanas nórdicas.
No sé su
nombre
ni sus porqués
ni sus
comos.
Jamás la he visto
junto a otro ser humano.
A veces
la encuentro en el supermercado
cargando cajas de
cerveza en su carrito
y pasa indiferente
a mi lado
oliendo a viejo
sudor
y whisky
barato
ignorándome
como si yo fuera el
fantasma.
Con su
pesada sotana negra
su sombrero de alas
anchas
y su cuello blanco
impecable
sale a las
calles
solamente por las
noches
como la
muerte
deslizándose como
una sombra anónima
pegado a los
muros
cual
molusco
o como una figura
siniestra
escapada de un film
de Ingmar Bergman.
Vive arriba en el
segundo piso
yo vivo en el
primero
y durante cincuenta
años Dios mío
he escuchado sus
pisadas inquietas
caminando de aquí
para allá
de allá para
acá
hasta el
amanecer.
He divisado su
rostro inexpresivo
pálido como una
sábana de hospital.
No
saluda
no
sonríe
bailará?
Soñará?
Tendrá un nombre y
un apellido?
O por lo
menos
una medallita para
este pecador,
padrecito?
Poemas de mi poemario "CRÓNICAS NÓRDICAS", Copenhague 2009.
HTTP://EL-GALLO-EN-ALPARGATAS.BLOGSPOT.COM/2010/06/IAN-WELDEN-MULTIFACETICO-ARTISTA.HTML
Dibujo de Ian Welden. Copenhague 2007
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