LA MUECA

Arte visual de Ian welden, Copenhague 1995.


Nací una madrugada fría y desolada
y el médico me recibió escupíéndome.
Mi madre estaba borracha
y mi padre lloraba desconsolado.
Le saqué punta a un lápiz
y me fui gateando al colegio
donde el profesor me dijo con rabia
que yo era estúpido
y me propinó un puntapié en la cara.
Un lápiz, una sonrisa fingida,
un computador del siglo pasado,
sin una tarjeta plástica en mis bolsillos
sin una manzana ni amigos.
Me escondí en el WC
fumé un Lucky Strike
y ese fue el primer día de vida
que los dioses me brindaron.
Me transformé en adulto
antes de saber hablar
y ya estaba montando prostitutas
antes de poder caminar.
Jamás tuve tiempo
para contemplar las estrellas,
el Centro Comercial
fue mi templo, mi jardín de juegos,
mi música y mi orgullo.
Usé las páginas amarillas
para poder sentarme a defecar
contando las agujas de los heroinómanos
en el piso orinado bajo mis pies.
Papá no llores más,
mamá deja de beber,
Dios manifiéstate
y dame algún guiño de amor!
Y bueno, ya soy todo un hombre,
cumplí los diez años de edad.
Estoy listo para el viaje
estoy preparado para volar.
Una Ak-47 firme entre mis manos
y algún pobre país extranjero en la mira.
si sucediera lo imprevisto, si no regreso
ustedes podrán heredar mis pertenencias:
mi lápiz, mi destartalada computadora
y mi sonrisa fingida
que en realidad es una mueca de dolor.


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