lunes, 25 de julio de 2011

LA SOLEDAD DE LAS ESTATUAS




Cuando en los crepúsculos insomnes
me siento asustado y solo
como un niño huérfano
y necesito a gritos a un padre
que me sujete entre sus brazos
para decirme que todos está bien
corro por las callecitas escarchadas
de ésta misteriosa Copenhague
en busca de las manos inmortales
de Hans Cristian Andersen.
Y entre ellas me deposito
y sus caricias heladas me consuelan
y su aliento de bronce me hace dormir
y los felices turistas japoneses
con us anteojos, sus sonrisas y sus Nicon
nos toman fotos para la posteridad.
.
Fotografía de Ian Welden. Copenhague 2007.

1 comentario:

  1. Ian, eres tremando!!! :D Qué bueno!!!

    Besos, gracias por sacarme sonrisa, ahora al trabajo feliz.

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