miércoles, 23 de noviembre de 2011

PASAJEROS EN LA NIEVE


Hemos clavado
nuestras banderas provisorias,
hemos traído nuestras maletas
y colchones,
nuestros dibujos
nuestro verbo
y nuestra música
a este país blanco.
Hemos ido criando
nuestras bacterias subdesarrolladas
y de cuando en cuando
lanzamos una piedra hacia el sur
con la esperanza de romperle
una ventana a nuestros verdugos.
Por las mañanas
vamos en patota
al hipermercado
y confundimos el alimento para perros
con nuestros añorados porotos
y se nos enredan las manos y los pies
en las flamantes escalas mecánicas.
¿Qué es una cordillera?
Me preguntaba mi hija
mientra lengüeteaba su soft ice
y yo no supe qué responderle
mientras introducía monedas
en el refrigerador electrónico.
De vez en cuando
nos llamamos por teléfono
para preguntarnos por la salud.
De vez en cuando
nos juntamos a conversar
mientras que afuera ya oscurece
y los días se transforman
en ingeniosos proyectos jamás realizados
y las noche en sueños abortados.



Arte visual del poema por Ian Welden, Copenhague 1977.

7 comentarios:

  1. Un desgarrador y bello poema, que habla del dolor que produce el desarraigo y la nostalgia por nuestras raíces...
    Besitos en el alma
    Scarlet2807

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  2. Cómo se añoran los paisajes y las costumbres cuando se está lejos.
    Los porotos saben mejor allá, Ian, lo sé muy bien :)

    Besos

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  3. sufre el que tiene el corazón y la raíz dividida
    pero así es la vida
    cada uno hace sus caminos

    cuantos desplazados por el mundo, cuantos inmigrantes y emigrantes dentro de un solo globo terráqueo añoran el espacio que les vió crecer

    besitos y luz

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  4. tremendo no?
    la patria amada...nuestras raices jamás sueltan
    viven en nuestra sangre como el agua...

    bello y nostálgico poema...
    y que la vida te sea propicia estimado
    que hay que tener coraje para cruzar la cordillera
    sabiendo que no será fácil volver

    todo mi aprecio!

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  5. El desarraigo es algo duro y un viaje sin retorno. Yo sé muy bien de qué hablo.
    Un abrazo querido amigo.

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  6. La distancia es dura, y los recuerdos y el desarraigo y la añoranza.
    Y cuando pasan demasiados años sin volver, cuando tus hijos crecen en otro contexto... terminas por no ser ni de aquí ni de allá.
    Aunque tú corazón sí que conoce sus raíces.
    ¡Ánimo en los días de frío en el alma!
    Un abrazo cariñoso.

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