Hemos clavado
nuestras banderas provisorias,
hemos traído nuestras maletas
y colchones,
nuestros dibujos
nuestro verbo
y nuestra música
a este país blanco.
Hemos ido criando
nuestras bacterias subdesarrolladas
y de cuando en cuando
lanzamos una piedra hacia el sur
con la esperanza de romperle
una ventana a nuestros verdugos.
Por las mañanas
vamos en patota
al hipermercado
y confundimos el alimento para perros
con nuestros añorados porotos
y se nos enredan las manos y los pies
en las flamantes escalas mecánicas.
¿Qué es una cordillera?
Me preguntaba mi hija
mientra lengüeteaba su soft ice
y yo no supe qué responderle
mientras introducía monedas
en el refrigerador electrónico.
De vez en cuando
nos llamamos por teléfono
para preguntarnos por la salud.
De vez en cuando
nos juntamos a conversar
mientras que afuera ya oscurece
y los días se transforman
en ingeniosos proyectos jamás realizados
y las noche en sueños abortados.
Arte visual del poema por Ian Welden, Copenhague 1977.
Un desgarrador y bello poema, que habla del dolor que produce el desarraigo y la nostalgia por nuestras raíces...
ResponderBorrarBesitos en el alma
Scarlet2807
Coincido con Scarlet.
ResponderBorrarBesos mil.
Cómo se añoran los paisajes y las costumbres cuando se está lejos.
ResponderBorrarLos porotos saben mejor allá, Ian, lo sé muy bien :)
Besos
sufre el que tiene el corazón y la raíz dividida
ResponderBorrarpero así es la vida
cada uno hace sus caminos
cuantos desplazados por el mundo, cuantos inmigrantes y emigrantes dentro de un solo globo terráqueo añoran el espacio que les vió crecer
besitos y luz
tremendo no?
ResponderBorrarla patria amada...nuestras raices jamás sueltan
viven en nuestra sangre como el agua...
bello y nostálgico poema...
y que la vida te sea propicia estimado
que hay que tener coraje para cruzar la cordillera
sabiendo que no será fácil volver
todo mi aprecio!
El desarraigo es algo duro y un viaje sin retorno. Yo sé muy bien de qué hablo.
ResponderBorrarUn abrazo querido amigo.
La distancia es dura, y los recuerdos y el desarraigo y la añoranza.
ResponderBorrarY cuando pasan demasiados años sin volver, cuando tus hijos crecen en otro contexto... terminas por no ser ni de aquí ni de allá.
Aunque tú corazón sí que conoce sus raíces.
¡Ánimo en los días de frío en el alma!
Un abrazo cariñoso.