martes, 17 de julio de 2012

LA FIERA DEL DESAMOR





                          Dibujo collage de Ian Welden.



Nuestra casa ya no es un hogar. Es una morada pasajera y de tránsito. Cuando llegas del trabajo,   cierras la puerta de tu cuarto y enllavas  tu corazón.
Yo entro a mi cuarto, pero luego salgo a merodear por la cocina, el baño y el pasillo; últimos espacios comunes de esta vivienda. Pero todo es caos y ruinas.
En tus planes misteriosos no hay signos del amor que dices haberme tenido. Luces como una felina que pule sus garras, embelleciéndose para asistir a un encuentro furtivo.
Cosméticos y porcelanas que no vi antes me sonríen con burla desde tu velador. Te pregunto cosas. intento rasguñar tu superficie de cristal water proof para averiguar tus propósitos. Tú me contestas evasiva, mirando a través de la ventana a tu cómplice, la ciudad de Copenhague.
Cuando me pongo a llorar, impaciente tratas de  consolarme como si yo fuera un niño.

Te vas y tu olor queda atrapado en tu cuarto
.
Cuántas veces he vivido ésto que vivo ahora. Tu desdén me golpea y lloro como si mis ojos fueran una llave de agua oxidada. Nuestros objetos de porcelana y greda chilena vibran soledad pero llenos de tu presencia tácita.
De súbito regresas porque has olvidado el número de teléfono de tu nuevo amante.
Tu naturaleza ha terminado por estallar en guerra total contra la mía.
Busco tregua, paz y rendición.
Pero tú me castigas sin piedad por todos mis flancos.
No pudiste adueñarte de mi alma, ahora te ensañas en mi dolor..

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4 comentarios:

  1. Un escrito directo donde el sentimiento del desamor se pronuncia en la más terrible cotidianidad.

    Un abrazo.
    Mercedes.

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  2. Creo que tu collage arropa y expresa muy bien ese sentimiento de espacios de fría coexistencia, que no de conviviencia, que relatan luego tus `palabras. Él, una sombra en la sombra, en medio, en el límite, perteneciendo aún a esos espacios que un día se cruzaron, pero de los que ahora, uno solo es un rayado horizontal. Y la ventana. Plena de luz, como ella, pero lejana, distante, inalcanzable. Y la vegetación que parece trepar, pero que quizá solo cae: Como él, que herido más por la distancia y la deslealtad que por el adulterio, ya no intenta trepar hacia ese corazón vacío y, mientras cae, no sabe que le duele más, si el corazón roto o el alma, esa que todavía cree tener, aunque esté partida.


    Un abrazo

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  3. he visto esos desamores...
    los he palapado desde mi mirada como mujer-amiga
    y es un camino denso por donde es muy complejo a veces salir...
    ...pero si se puede...

    te dejo un gran abrazo!

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