Aquí donde vivo
muy adentro de mí
en la regiones donde solía llegar el sol
donde crecían los bosques
en perfectos bouquetes azules,
(clandestinos guerrilleros del amor)
la mágica resina
de los formidables eucaliptus
que nos lubricaban los huesos
con la destreza de una estrella fugaz
se ha secado, ya no me ama.
Donde los ríos
donde los mares,
tan sólo me queda
un hueco de concreto
y un hueco de plástico
que me arden con furia
en mi noble bolsillo vacío.
¿Y qué hacer
para recobrar nuevamente al arroyo?
¿A la lluvia?
¿A los pastos enamorados
y a tu deliciosa fruta en mi boca?
Ian Welden, Dinamarca 1980.
Fotografías de Ian Welden, Valby, noviembre 2011,
Y qué hacer??? Cuando esa polución llega es difícil purificarla.
ResponderBorrarBesos
lo mejor es no mimetizarse, sacudirse como lo hacen las bestias en el campo lo que no les hace falta y seguir siendo libres y espontáneos
ResponderBorrarbesitos de luz
Arrancarse los fines de semana para oxigenarse del concreto y del metal. Arrancarse en busca de los árboles, de los lagos, de las flores, del sol...Es la única forma de lograr el equilibrio que nutre el alma.
ResponderBorrarUn abrazo Ian
Hola Ían.
ResponderBorrarPerdóname la ausencia de tus letras, bueno, no exactamente ya que te leo por muchos lugares... :-)) algo realmente agradable. Este poema que nos muestras hoy ,es muy de mis nostalgias crónicas, ya sabes... somos un compendio de pensamientos y ensoñaciones que no tiene remedio.
Hermoso todo él, por ese sol y ese arroyo que nos renueva...
Un fuerte abrazo.
aloe.